domingo, 5 de enero de 2014

Tan sólo soy

febrero 16, 2013

    Hermoso árbol de ciudad, qué bello, qué digno te ves. Y lo más maravilloso es que no te importa si nadie levanta sus ojos para admirarte,
simplemente sos. Y a diferencia de muchos de nosotros, los hombres que sólo se sienten valiosos o poco importantes según la pobre opinión del prójimo, a vos no te importa si alguien te ve, si alguien te observa, el ''qué dirán'' no es para vos, ni siquiera lo registrás. Tan sólo sos, tan sólo y tan mucho sos. Y yo, que veo flores amarillas que piso a mi andar, levanto la vista para ver su orígen, y te veo a vos, y me inspiro, y me copio, y tan sólo soy, soy una con vos y con los pájaros que suben y bajan de tus ramas a la vereda, soy una con el cielo y el sol abrazador del verano citadino, con la gente que pasa a mi lado, con los que viajan en coche. Soy una con Dios.

    Igual que vos, no sé si estoy en el campo, en la sierra, en el mar, no me inquieta el polvo o la polución, tan sólo soy. Y me dejo llevar por la suave y cálida brisa hasta llegar a mi casa. Y tan sólo soy. Soy parte de esa brisa que me trajo de vuelta y soy parte del fresco con que me recibe mi hogar. Y tan sólo soy. Y gozo con todo y soy parte de todo y del todo. Y tan sólo soy. 


    Y así, sin ansia, pasan mis días, y mis quehaceres mundanos se entrelazan con ese sentir; no corro, no sufro, tan sólo soy. El último ''look'' ya no me importa, la moda, la opinión ya no me atraen, y eso por tan sólo ser. Y es por eso que vivo y que lato y que vibro y estoy plena, por tan sólo ser.

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