junio 28, 2015
Hay tormenta en la ciudad. Rayos que resplandecen, fulgores que cruzan el cielo gris y se dejan ver entre las nubes, destellos de electricidad pura. Y a los pocos segundos, el retumbar del trueno, esa explosión que mueve el aire y con él las ventanas, las puertas, hasta las paredes. Y también me mueve a mí, que observo embelesada tanta maravilla. Líneas de fuego que se cruzan en el aire, tambores que con su estruendo me recuerdan que estoy viva, que soy parte del ciclo de la Naturaleza.
Hay tormenta en la ciudad. Hoy se siente el poder del orden natural que prevalece por sobre el caos humano. Se siente ese orden en la seguidilla de luces y bramidos que parecen decir ''Acá estoy! Admiren mi belleza en medio de las construcciones, del cemento, del sonido de los motores. Siempre estoy, siempre soy, aunque no me noten, aunque estén dormidos, aunque intenten controlarme, modificarme, moverme de lugar para su beneficio personal. Soy lo primero, lo primordial, lo que se preserva, lo que renace, soy ese minúsculo yuyo que surge en cualquier hueco en el cemento. Esa soy yo, presente y poderosa, incontrolable. Siempre estoy, siempre soy.''
Hay tormenta en la ciudad. Me mimetizo, me transformo en ese rayo, cruzo el cielo, bramo con el trueno, mojo las plantas con la lluvia. Ay Naturaleza viva, soy una con vos!
