domingo, 7 de septiembre de 2014

La incansable quietud de mi alma

septiembre 6, 2014

    La incansable quietud de mi alma me pide la calma, me habla de la aceptación, y lo hace desde un lugar vacío y permanente donde no penetran los ruidos ni las locuras humanas.

    Cuando logro entrar a ese lugar inundado de silencio, lleno de vacío, veo con claridad que lo que parece real es ilusión, que nada me puede afectar ni tocar porque yo siempre seré el eterno ser que nace y renace para experimentar la manifestación de la creación.

    Todo es un juego, y si logramos verlo de esa manera, viviremos intensamente, no nos perderemos nada, gozaremos y aceptaremos todo, agradeceremos los desafíos, les daremos la bienvenida ya que son los que nos ayudan a crecer y a elevar nuestro espíritu.

    Gracias Dios por mostrarnos el camino, está en nosotros poder verlo.

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