julio 19, 2013
Aceptarse a uno mismo no es conformarse con cómo o quién uno es. Es aceptar la existencia, la vida misma. Es superar las propias circunstancias y elevarse, trascender. El ir y venir son las experiencias. Se supera una, que no es sufrir, sino disfrutar las experiencias para luego superarlas y comenzar otra, y así eternamente.
La rueda sin fin. Aceptar, transformar, realizar, transmutar, superar, volver a empezar. Es un gozo, una magnífica tarea. Es sentirse realizado eternamente, sin sufrir, con gozo por lo que nos toca vivir. Aprender de la vida, agradecerle a la vida. Experiencia tras experiencia, largando, soltando. Nada es eterno, todo es eterno.
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