miércoles, 25 de junio de 2014

Cuando el alma está herida

junio 24, 2014 6 am

    Cuando el alma está herida, se la deja tranquila, no se la presiona y ella sola se recuperará. Se repondrá, buscará nuevos aires y nuevamente saldrá a volar.

    Cuando el alma está herida, déjenla contemplar, déjenla en paz, que ella sabe lo que tiene que hacer. Ella sabe cómo curar su herida, se lame sola, se observa, y observa, contempla, medita, saca conclusiones de lo que le ocurrió. Modifica sus hábitos, cambia sus respuestas, busca en los instintos y en la intuición. Sale más fuerte porque aprendió a no aferrarse, a no apegarse y a seguir a su propio corazón.

    Cuando el alma está herida, la Verdad hace que se sane, que tome más fuerza, que vuelva la alegría, que se cierre el desgarro, que vuelva a tener paz. Se empieza un camino y se lo hace sola y se lo hace consciente, renovada y en paz.

    Ahora hay la certeza de saber quién una es, de no torcerse, de seguir el camino estrecho en el que entran sólo tus pies, y sin mirar atrás vas rodeada de luz, la luz que puso fin a la oscuridad, a las tinieblas, al no saber ver, al engaño, al autoengaño, a la anestesia para no sufrir.

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