Los ciclos de la vida

junio 4, 2014

    La vida es como los ciclos, empieza uno hasta que se acaba y comienza otro, y así eternamente. Y es en esa transición en que se produce la comprensión, en que sucede la transformación, la metamorfosis, para poder empezar el siguiente ciclo con un nuevo aprendizaje. 

    Tampoco es que los ciclos estén tan delimitados. Generalmente hay ciclos dentro de los mismos ciclos. Son ondas, son olas en las que hay que saber cómo pararse para no caerse, en las que hay que dejar que todo fluya y amacarse con el oleaje para no resistir, para doblarse sin quebrarse, ese es el aprendizaje.

    Y al no crear un drama en estas transiciones, le permitimos a la vida que nos guíe, que nos enseñe. Y de esta manera, estamos preparados para lo que vendrá, sin ansiedad, sin angustia, sin expectativas, sin apresuramiento.

    La vida es sabia y nos brinda siempre lo mejor para cada ocasión. Aunque nos parezca estar en medio de un huracán, la realidad es que las situaciones que se nos presentan son justo lo que necesitamos en el preciso momento en que aparecen, son perfectas, la vida lo quiso así. Al aceptarlas como lo que realmente son, se produce el verdadero aprendizaje porque sabremos ver, sabremos asimilar lo que la vida nos quiso mostrar.

    De nada sirve resistir y crear dramas, violentarse o apesadumbrarse, ya que de esa manera le daremos poder a la situación que rechazamos, la que volverá a aparecer en forma similar hasta que aprendamos a aceptar sin resistir, a renunciar para dejar fluir. Recién ahí tendremos paz, esa paz interior que nada ni nadie puede quebrar. Con nuestros mejores pensamientos atraeremos hacia nosotros las mejores experiencias.

    Lo mejor está siempre a nuestro alcance, sólo hay que saber pedirlo y se manifestará. Aparecerá sólo cuando seamos pacientes, compasivos y agradecidos. Pedir siempre en el amor, con respeto por todo lo que nos rodea, pensando en el bien propio y el ajeno.