martes, 7 de enero de 2014

Después del despertar. Transformación de oruga a mariposa

septiembre 9, 2012  6am

    Estoy volviendo a aprender a caminar. Si miro para atrás me caigo, si dudo tropiezo. Firme, mirando hacia adelante. Ya no hay cabida para las dudas. Es necesario que imponga mi posición de ser adulto y responsable. Sin mentiras, ni tapujos ni temores. El abismo quedó atrás, ya no hay cabida para él, ya no le creo, está hecho de humo, es nebulosa, es ilusión, es un engaño que crea la mente para atrapar al ser. Detrás de la nube sigue estando el cielo azul, aún el negro cielo de la noche sigue siendo cielo.

    Estos son momentos decisivos, adiós al temor, adiós a la duda, bienvenidos los indicios y sensaciones de lo que está bien. Y ahí no aflojar, seguir, continuar, sin retrocesos ni distracciones, firme en el sentir. Usar siempre palabras del corazón para no caer nuevamente en la ilusión, en la mentira, cubiertos de máscaras que ocultan el terror, el terrible terror a enfrentar una ilusión que se deshace cual castillo de naipes ante el soplido del ser que ya no quiere mentirse ni mentir, herirse ni herir,  ni mantener relaciones fingidas tras sonrisas no sinceras.

    Hablar, dialogar, amar, encontrar a Dios, que es felicidad eterna aun donde hay sufrimiento. No evitar sufrir para sufrir aún más, enfrentar con calma y con amor. Si se teme no se ama, se sigue fingiendo, hiriendo e hiriéndose. Se ocultan sinsabores tras una alegre pero triste imagen, se finge que todo está bien. ¿Hasta cuándo? Hasta hoy, hasta ahora. Hoy es el fin, el último segundo.

    Ya comenzaste, no hay marcha atrás. Si no quieren oír, no grites. Sé serena pero firme y constante en la expresión de tus más íntimos y verdaderos deseos. Sé clara, no des vueltas ni rodeos, es peor, no sirve, no conduce a nada. Te encierra aún más en el amargo laberinto de la ilusión. Ve la luz, ve hacia la luz. No te des vuelta a mirar las tinieblas que dejaste atrás. Corrés peligro de convertirte en estatua de sal, petrificada por el temor de enfrentar una ilusión creada por las efímeras fantasías de tu mente que ahora ansía crecer, madurar, amar de verdad, mostrar al mundo que se puede salir de la trampa creada tan laboriosa pero tristemente por el propio temor.

    No temas, estás pariendo un nuevo ser, es doloroso, lo tenés que hacer sola, con tu voluntad, fuerza de carácter y valentía. La partera no está ahí, estás sola pero fuerte, alegre de ver nacer una nueva alma, transformada de crisálida, horrible oruga en brillante y luminosa mariposa. ¡Qué alas, qué belleza, qué transformación!

    De a poco, o de golpe, como gustes, como puedas, como te salga, rompé la cárcel, salí, riendo, llorando, golpeando puños, pero salí, ya estás ahí, falta que lo tomes entre tus manos y lo anides. Ánimo, unos pocos pasos más y lo lográs. Vale la pena, no mires atrás, seguí la Luz. Otros te seguirán y se convertirán ellos también en luz. Algunos lo llamarán milagro, para mí es ver la luz, al principio como un punto lejano, como una inalcanzable estrella allá lejos en el cielo, y dudando si existe o si ya no está. De a poco la luz se agranda hasta ser una inmensa bola a la cual entrás y te fundís con ella para convertirte en una unidad ya inseparable, reflejando con intensos rayos incandescentes la más sutil de las energías. Y ya llegaste. Estás en paz.

    Sé pionera, da el ejemplo, sé partera de otras almas que ansían estar ahí. Mostrá que se puede, que confunden la ilusión con la realidad y la realidad con la ilusión. Todavía no ven la diferencia, no comprenden, sus ojos tienen un velo que está hecho de hilachas pero ellos no lo notan, piensan estar bien. Pero, preguntáles porqué lloran, porqué se paralizan, porqué se petrifican para no hablar, para no enfrentar? Es que es tal la confusión que no ven nada, no siente nada, no sufren, no viven. Anestesia para no sufrir, pero también para no amar. No se sufre, no se ama, se teme, se miente. ¡Basta! ¡Se acabó! No lo hagan más. Después ya está, no hay marcha atrás. Se está en paz.

    Yo también tuve un partero, ahora quiero serlo yo.

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    El otro, ese al que yo temía, tiene más miedo que yo. Tiene las alas rotas partidas en pedazos, pero piensa que es un águila. Yo prefiero ser mariposa de alas firmes y enteras, no águila herida y destrozada.

    Soy una estrella de luz que además tiene alas y vuela a donde se le ocurra, sin límites, con coraje.

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  Padres amorosos, esposo amante, hijos inmaculados, madre perfecta. Todos amontonados, apelotonados, masificados, indiferenciables. Menos yo. Estiro la cabeza, quiero ver más allá. Un golpe que aplasta y te vuelve a tu lugar. ¿Qué hacés? ¿Qué mirás? ¡No hay nada más allá! No pienses, no oigas, no dudes, no preguntes, no respondas. ¿No ves que si no, esta mentira se va a romper?  ¿Querés ser vos la causa? No podés, no debés, todo se va a romper. ¡Que se rompa!, como el cascarón del pájaro al nacer. Ya aprenderá a volar con indestructibles alas de acero.

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