martes, 7 de enero de 2014

Viento del sudeste

octubre 18, 2012    4:45 am

    Viento del sudeste, silbido que se cuela entre las ventanas que dan al mar. Mar que ruge, que brama, olas que golpean enfurecidas. Suena como el clamor de miles de voces que gimen, que piden, que ruegan, que sufren, que no pueden. 

    Amados hermanos, hay para todos, sólo rompan las cadenas que no son de acero, son tan sólo de aire, de humo, de temor. Sus cadenas no existen, vean como se hacen añicos, se pulverizan, se deshacen delante de sus ojos. Tan sólo imagínenlo y sucede.

    No hay hambre, no hay miedo, rompan sus débiles cadenas, tomen acción. Hay para todos, tan sólo deséenlo de verdad, con pasión y todo tendrán. Extiendan sus alas y vuelen por la eternidad. Todo es de ustedes, los mares, los montes, los valles. Salgan de sus pequeños mundos, abran sus ojos: todo está ahí, sólo tiene que desearlo y extender sus brazos para recibirlo.

    Amados hermanos, no hay hambre, no hay pena. Piensen y actúen, todo tendrán. No se saquen los ojos los unos a los otros, no se hieran que alcanza, que sobra. El Universo es rico y generoso, para todos habrá. Únanse en un eterno abrazo de gozo y amor. Ámense y habrá paz.

   Viento del sudeste que sigue silbando, mar enfurecido que sigue bramando, ya se calmarán, ya verán, ya oirán, ya habrá paz, muy pronto habrá paz.

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