enero 31, 2014
El arbolito de campo se partió por la tormenta. Ay, arbolito, te hubieras rendido al viento, te hubieras doblado con él. En cambio, te mantuviste rígido y resististe, y así, el viento te quebró. La próxima vez acordáte de fluir con el viento, doblarte y bailar con él. Sólo así, no te partirás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario