sábado, 8 de febrero de 2014

Todo está en nuestra mente

julio 9, 2013

    Paz, armonía, luminosidad, unidad, existen, son reales y eternas. Transmutando el miedo y el odio en amor eterno, las volveremos a experimentar. Transformar la guerra, la deformidad, la oscuridad, la separación en su opuesto.

    Hermanos, amados hermanos, ya vivimos demasiado tiempo en medio de la oscuridad. Pero ella no es real. Transformemos nuestros pensamientos de odio en amor. Todo está en nuestra mente. Y ella es poderosa, sólo hay que esforzarse y tener valor para ver, para entender. Ella es poderosa, y con nuestro esfuerzo podremos volver a ser quienes una vez fuimos: ángeles de luz. 

    Transformemos nuestros pensamientos en luz y amor. Para lograrlo no es necesario esconder lo malo, lo oscuro. Al contrario, eso ya lo hicimos durante mucho tiempo usando las  máscaras de la ilusión. Se trata de ver, enfrentar, observar lo oscuro, desmenuzarlo, entender las causas del mismo y así, transmutarlo, transformarlo, trascenderlo.

    Veamos la realidad, veamos lo que realmente somos, sin disfraces, sin capas creadas y amontonadas una sobre la otra que no dejan ver la luz del amor que es nuestra esencia, nuestra realidad. Duele, da trabajo, cuesta esfuerzo, pero vale la pena.

    Aceptación, primero hay que aceptar la oscuridad, aceptar que existe, si resistimos seguiremos en la ilusión. Aceptemos y paralelamente enfrentemos. Es una lucha en la luz. Recuerden: somos guerreros, guerreros de luz, esa es nuestra esencia. Podemos lograrlo despertando. Estamos entumecidos, no sentimos, nuestros sentidos están adormecidos. Debemos despertarlos, sacudirlos para sentir realmente.

    Hasta ahora sólo habíamos logrado sentir con nuestro cuerpos materiales, con las sensaciones físicas que nos daban placer. Hay algo más, algo que no tiene límites, que es llevar ese sentir más allá de la frontera de nuestro limitado cuerpo físico, es llevar nuestros sentidos a nuestro Ser, el que es uno con todo lo existente y el que nos da paz.

    Todo sin olvidar nuestro cuerpo que es nuestra herramienta para movernos en el mundo de la materia. Gracias a él podemos disfrutar de la vida. Pero trascendiéndolo, viendo más allá, viendo la ilusión y transformándola. Viendo la obra de arte, la película, la actuación que le toca a cada uno y trascendiéndola, entendiendo que es sólo una ilusión cambiante, utilizándola para aprender y luego transformarla.

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