junio 4, 2013
Veo las flaquezas y debilidades en mí y en otros, las enfrento, no las niego. Y ni bien quiere mi ego caer en el burdo placer de la crítica, el juzgamiento, el desprecio, la culpa, la ira, el odio, transmuto el miedo en amor, y así trasciendo mi ego y veo la luz.
Voy más allá de este mundo y siento amor. No caigo en la falsa "superioridad" de la crítica ni en la enfermiza "sumisión" a los designios, críticas y deseos de los demás para quedar bien y ser amada.
Al ver y aceptar, transmuto y trasciendo el área humana, mi ego. No se trata de tolerar para seguir sufriendo y que todo siga igual. Se trata de aceptar defectos viéndolos, enfrentándolos y transformándolos en energía luminosa. No se trata de mezclarme con lo que no vibra como mi Yo. Se trata de verlo, de darme cuenta y no anestesiarme y cerrar los ojos para no sufrir. De ver lo "malo" de este mundo material y lograr transformarlo recién ahí en "perfecto".
El mago que hay en mí usa la espada y la luz para lograr la transformación y así trascender. Dios, dame sabiduría para ver el mal, fuerza para enfrentarlo y poder para aniquilarlo transformándolo. Gracias.
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