lunes, 3 de febrero de 2014

Voy en un taxi

marzo 22, 2013

    Voy en un taxi hacia el centro de la gran ciudad. La demora en llegar,
las bocinas, el olor a gasoil, las caras enfadadas del que corre y llega tarde me quieren quebrar, pero no pueden, no lo logran. Porque yo las oigo, las veo, las huelo y aprovecho la espera, que para otros es interminable, insoportable, aprovecho la espera para abrazarme, sentirme, sentir mi Presencia, mi Yo eterno que late, que vibra, que siente, que es Uno con Dios.

    Me expando, me agrando, salgo del taxi y me uno a los árboles que están anclados a las veredas, a mis apurados hermanos que quieren llegar, a todo y a todos sin dejarme quebrar, siendo Yo, eternamente Yo. No como aquel que, para salir de la ilusión que lo desgarró, se metió en otra ilusión enajenándose, perdiéndose en el abismo. No así, todo lo contrario. Me dejo llevar por la ilusión, me meto en ella, la veo, pero no le creo, la oigo pero sé que no es real. Entonces la dejo pasar mientras siento mi Yo que se profundiza aún más  en medio de la ilusión.

     Las formas a mi alrededor van cambiando, a veces son calles, a veces son niños y gente y sombras y autos y risas y llantos y ancianos y perros y gatos y cantos y trastos y bancos y kioscos. Pero, aun viendo todo, aun oyendo todo, voy con mi eterno Ser y nada me afecta. Lo veo, lo toco, pero nada de eso soy yo. Porque yo soy Yo, el Yo infinito, eterno, parte del universo, parte del eterno ir y venir.

    Y me asombro de todo lo que veo como si fuera la primera vez. Y no juzgo nada y perdono todo, lo dejo pasar, lo dejo ir, lo dejo ser mientras mi Ser se agranda y se expande y viaja conmigo, y es Uno conmigo y me siento y me abrazo y gozo en este ahora que es único, y amo a mi hermano, a quien atrapó el tiempo y corre porque no llega y frunce su ceño peleando con el reloj que no frena sus agujas para que él pueda llegar a horario.

    Y mientras miro, abrazo mi Ser que es eterno, que no sabe del tiempo y no sufre por él, a mi Ser que está viviendo este único momento y que sabe que es todo lo que hay, que sabe que si no, el momento se escapa y El se lo perdió. Mi Ser no deja que eso pase, atrapa el momento, lo vive, lo oye, lo siente, lo palpa, lo degusta, lo huele, todo sin juzgar nada. 

    Porque ve la ilusión y no se deja atrapar, no se deja quebrar, mi Ser no permite que lo hieran, que lo irriten, que lo enfaden. Porque ve la ilusión mi Ser se mantiene firme en el presente y no espera y no ansía y no cree en las formas cambiantes  que pasan delante y se esfuman una a una.

    Mi Ser se ha quitado las capas de ilusión una a una, sin dejar que lo penetren, o mejor aún, las ve a todas, las reconoce a todas, pero no se identifica con ninguna.

    Mi Ser es eterno, mi Ser Es desde siempre y es por eso que sabe, y es por eso que me enseña que no crea en nada que no me permita ser con mi Ser.

    Por eso veo la ilusión y no le creo, por eso creo en mi Ser, sólo en mi Ser. Eso sí, mi Ser reconoce a todos los otros Seres en todas las cosas y en toda la gente y se une a ellos en eterna comunión, es uno con todo y es Uno con Dios.

    

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