domingo, 9 de febrero de 2014

Cuando era algo más joven

febrero 1, 2014

    Cuando era algo más joven me deslumbró el brillo de las ciudades, me dejé arrastrar y corrí tras efímeras quimeras de lujo y bienestar. El tiempo no me alcanzaba y me atrapó el trabajo desmedido y busqué el éxito y el reconocimiento y los conseguí. Pero con ello no vino la tan ansiada paz. Y algo en lo profundo de mi ser quería expresarse, y yo no supe oír.

    Cuando era algo más joven seguí muchas normas impuestas y logré reputación y aprobación. Todo parecía andar sobre ruedas. Pero eso no me alcanzó. Siempre había necesidad de lograr algo más, algo que alcanzar, para ahí sí lograr la tan ansiada paz. Y algo en lo profundo de mi ser quería hablarme y yo no pude oír.

    Cuando era algo más joven fui tras los viajes, quise conocer ciudades, me enamoré de algunas, quise quedarme en ellas, pensé que de esa manera cambiaría mi vida. Pero eso tampoco trajo la tan ansiada paz. Y siempre había ese algo que en lo profundo de mi corazón susurraba, y yo no quise oír.

    Poco a poco me fui aburriendo, me fui cansando de buscar. Es que no sabía ver que estaba buscando mal. Yo buscaba afuera, hasta que el susurro de mi corazón clamó por salir. Y recién ahí empecé a oír, y desde entonces comencé a ver, a recordar, y miré dentro mío y la voz fue cada vez más fuerte, y la luz más potente. Y aparecieron los maestros, y surgieron los mensajes que antes no veía. Hasta que sentí paz y agradecí a la vida el haberme enseñado.

    Y ahora que pasaron los años, si algo me quiere abrumar, miro para adentro y encuentro todas las respuestas. La solución está ahí, la paz está ahí. Todo es perfecto así como es. Me dejo llevar por el eterno fluir de la vida y encuentro la armonía y encuentro la paz. El Universo sabe cómo arma las cosas y yo aprendí a co-crear con él. Como cuando era niña, antes de que me comenzaran a deslumbrar las luces de las ciudades.

    Agradezco haber recordado, aceptado y transformado. Agradezco al Universo el haber puesto en mi camino los maestros, las enseñanzas, los mensajeros y los mensajes. Y como ahora ando con mi Ser, adonde voy, estoy en paz. Y si el éxito y el reconocimiento aparecen, les doy la bienvenida aunque ya no los busque, aunque ya no me atrapen; ahora sólo busco oír mi cantar y por eso juego y fluyo con la vida y sigo la voz de mi corazón, que es sabia y siempre me indica hacia donde ir. 

2 comentarios:

  1. Cuando éramos más jóvenes vivimos lo propicio... Sólo el camino recorrido nos puso donde estamos ahora, en paz, con la fortaleza, la sabiduría y la sensibilidad de lo aprendido. Gracias por cruzarte en mi camino, ahora que no somos tan jóvenes. Abrazo de corazón a corazón!!!

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  2. Gracias Marisa! Yo también agradezco a la vida el habernos conocido y enriquecido mutuamente en esta etapa del camino. Un gran abrazo de luz.

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